Sánchez no para

El jugador charrúa es imparable.

Carlos Sánchez parece un personaje extraído de la primera trilogía de La Guerra de las Galaxias, de inagotable capacidad física y una inteligencia extraordinaria. Con sus rendimientos se ha convertido en una de las piezas fundamentales del equipo de Gallardo, si no la más importante. Quizás por sus características, la imaginación puede llevar a más de un hincha a compararlo con un robot, ésos que en películas y series son capaces de superar todas las cualidades de un ser humano. 

Se banca todo, nada lo frena, ni la seguidilla de partidos, ni el cansancio, ni la altura, ni la patada de un rival, ni la exigente rutina que impone el Muñeco en el día a día. Cuando se especulaba con que podría quedarse afuera de la primera final ante San Lorenzo como castigo por la roja que le mostraron contra Boca, el uruguayo fue titular y a partir de ahí no salió nunca. Para él, no hay rotación. Y así es que, junto a Barovero, es el único presente en todos los partidos de este 2015.

Desde su regreso a mediados del año pasado, Sánchez está mostrando su mejor versión, cada vez más completo y también goleador. Ya no sólo presiona por todo el carril derecho, sino que es capaz de aparecer en cualquier rincón de la cancha cuando nadie lo espera y convertir. Sus cinco sentidos están tan agudizados que se asemejan a los de una máquina.