A un año del "Ramirazo"

El 30 de marzo de 2014, Funes Mori se transformó en héroe al marcar el 2-1 para que River ganara luego de casi una década en La Bombonera. Crónica de una jugada inolvidable.

No fue córner. Sin embargo, el error es tan imperceptible como histórico. La corrida de Manuel Lanzini dio sus frutos, luego de un pelotazo largo de Jonatan Maidana. Palmo a palmo con Hernán Grana, el 10 del Más Grande fue el último en rozar la pelota, aunque para notarlo fue necesario observar varias repeticiones televisivas. Agustín Orion, fiel a su estilo, salió disparado para quejarse. Néstor Pitana de ninguna manera da marcha atrás. Tiro de esquina visitante y a renegar con el contexto de siempre.

Lanzini avanza con el balón hasta la zona de ejecución. Lo espera una catarata de insultos. Es lo mínimo. Hay proyectiles. Hay saliva para llenar una botella. Es incómodo. Demasiado. Ni siquiera hay lugar suficiente para tomar la carrera necesaria. En el afán por hacerlo, Manu se codea con los policías, como si estuviera a punto de ser detenido. Pero lo único detenido es el aliento local cuando a los 40'45'' la pelota ingresa en el arco de "La 12". Gol de River. Es el 2-1, es el triunfo tan deseado en el momento menos imaginado.

"Tu cara me suena". Eso piensa más de un hincha. El mismo rostro que tantas veces produjo dolores de cabeza es el que despierta una alegría enorme. Claro, no se trata de Rogelio, sino de Ramiro. El marcador central, devenido en lateral izquierdo, quien jugó gracias a un dirigente de Boca -bien por Juan Carlos Crespi al solicitar dos fechas para Leonel Vangioni- se elevó de forma increíble para anticipar a todos. Incrédulo, mientras Fernando Cavenaghi salta y salta como cualquier fanático, se sacó la camiseta y simuló un chupete con el pulgar derecho durante el festejo. Cerca de ser padre y aún más cerca de conseguir una victoria histórica.

Aunque el parto ahora es para los de azul y amarillo. El tiempo es insuficiente. No alcanza. Y River celebra mientras el silencio aturde. Fuera del estadio se reproducen escenas propias de la serie The Walking Dead. Miles y miles de personas deambulan hacia una misma dirección, abatidas, sin pronunciar una sola palabra. Aquellos que aún no forman parte de esa multitud se lamentan."¡Justo Funes Mori nos viene a ganar el partido!", exclaman, cabizbajos. La alegría se vistió de rojo y blanco. Fue un 30 de marzo. Hoy se cumple un año del Ramirazo. Fue el puntapié inicial -bah, el cabezazo- para muchas satisfacciones. Pero no fue córner.

Repasalo hasta cansarte: